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LEJOS DE CASA, UNA HISTORIA REAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Actualizado: 22 jun 2020

Julia Reyes tiene 49 años es madre soltera de 2 hijas; ella es de nacionalidad peruana y hace un año y medio decidió como muchas compatriotas emprender un viaje al extranjero. En busca de un mejor futuro económico para sus hijos viajo a Italia – Florencia, con una carta de invitación y la ilusión de nacionalizarse y generar mayores ingresos, siendo el sostén de su familia acá en Perú; ella actualmente trabaja como badante, cuidando a dos ancianos, Carla Rossi una maestra de 75 años y su esposo José Quiroz de 86 años trabajador jubilado de la empresa telefónica, que viven en Italia desde hace 50 años.

El 8 de marzo del 2020 la pandemia del COVID- 19 obligo a Italia a entrar en cuarentena; llevando a Julia a cambiar su estilo de vida por completo; nadie salía, las reuniones se prohibieron, el contacto se prohibió, las pistas, las calles se veían vacías como si se viviera en


un desierto, escuchaba dentro de la casa la ambulancia pasar, con ese sonido que daba un escalofrió a todo el cuerpo, que no sabías si ya iba a parar por ahí, en la casa de uno de sus vecinos o alguien cercano, en un momento del día, escuchaba las hélices de los helicópteros girar en el cielo, a veces transportando pacientes infectados. En casa el televisor prendido esperando saber cuántos muertos se había llevado esta pandemia en el día, lo veía como un como un apocalipsis, parecía de película, pero era real.

Julia, se levanta a las 8 am y a partir de ahí empieza su rutina diaria de trabajo hasta las 10 pm. Realiza todas sus actividades dentro de la casa, el recorrido diario lo conoce de memoria de su cuarto al baño, del baño a la cocina, a preparar la avena y las tostadas, servirlas a los ancianos en el comedor, el almuerzo y la cena lleva los mismos pasos. El resto del día lo pasa haciendo limpieza y atendiendo a los ancianos en lo que necesiten; toma todas las medidas de prevención para no caer en el contagio ya que trabaja con personas vulnerables.

Hace dos semanas se reactivaron algunas actividades en Italia. Se sale una vez por semana y solo para adquirir los víveres necesarios para consumo, manteniendo las medidas de


prevención, el uso de mascarillas y desinfección de las manos con alcohol es obligatorio. Si vas a los centros comerciales, debes desinfectar tus manos antes de tocar alguna ropa, en los autobuses o trenes todos usan guantes y mascarillas.

Tener un techo sobre tu cabeza, alimento en tu mesa y provisiones para tu hogar es una fortuna de la que muchos en tiempo de pandemia quedan prohibidos. En las iglesias se hacen colas en las mesas, las personas llegan a la hora del almuerzo esperando un plato de comida. Las diferencias sociales resaltan más en época de crisis.

Julia se fue en busca de una mejorar mi situación en Italia, conseguiría trabajar para darle una mejor calidad de vida a sus hijas, en su sueños e ilusiones nunca estuvo presente una pandemia; más allá de generar ingresos y tener ahorros; su mayor deseo ahora es estar con su familia. Mira en una bolsa que guarda el dinero para regresar a casa, pero poco puede hacer para volver a estar con los suyos. Ni en sus pesadillas consideró una pandemia que azote mundialmente la humanidad, ahora la pandemia del COVID 19 es su realidad.


Isabel Camones


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